«¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo?» Romanos 2:4(a) N.T.V. Impresionada por estas palabras que me encontré leyendo esta mañana. Conmovida porque en mi vida han sido una constante realidad. Difícil de comprender, pero profundamente agradecida de ser recipiente de tanta dádiva de amor incondicional y eterno de parte de Dios.
Me pregunto si estamos realmente consientes de esta actitud «silenciosa» que el Señor muestra permanentemente hacia cada uno de nosotros. Me lo cuestiono a raíz de que de pronto vivimos como si mereciéramos ser lo que somos o poseer lo que se nos ha sido regalado de su parte. Con frecuencia olvidamos todo lo que Dios derrama sobre nuestras imperfectas maneras de vivir y relacionarnos con él.
Te invito a que, la próxima vez que estés por quejarte de algo, o ser intolerante e impaciente con alguien más, RECUERDES TODO lo que inmerecidamente Dios te regala, más allá de tus pecados. ¡Solo en tu luz, oh Dios, veremos la luz!
Lic. Eunice Aguilar N.